La Institución Educativa INIF Nº 48, fue creada por Ley Nº 14115 del 15 de Junio de 1962, inicia sus labores el 1º de Marzo de 1965, siendo su primera Directora la Sra. Iluminada Jaramillo de Mendoza. Actualmente es dirigido por Director Percy Távara Armestar, en la modalidad Jornada Escolar Completa, brindando servicio educativo de calidad y práctica de valores Justicia, Respeto, Responsabilidad, Honestidad,
Insignia IE INIF N° 48
domingo, 20 de septiembre de 2009
Comentando el uso de las TIC
Internet es un medio de comunicación que de debe usar de la mejor manera, les comento que en una investigación realizada hace poco existe un acuerdo general entre los participantes del estudio, el cual señala a Internet como la tecnología más propensa a generar conductas adictivas. Aunque las y los jóvenes reconocían que para ellos el móvil era absolutamente necesario y, en ocasiones lo compran como una droga, Internet se menciona como más peligrosa, porque favorece un uso más individual. Respecto a esto, propone siete signos para detectar la adicción a Internet:
Pasa varias horas conectado, descuidando aspectos importantes de su vida.
Sus amigos y sus allegados piensan que tiene problemas con la utilización de Internet.
Ser joven (cuanto más joven, más riesgo hay de ser dependiente de Internet).
La utilización de Internet provoca graves consecuencias negativas.
Usted ve su dependencia de Internet como una actividad intensa y tímida.
Mantiene en secreto el tiempo que pasa conectado.
No puede pasar un día sin el ordenador y sin conectarse a Internet.
En muchos casos que han estudiado la adicción a Internet en profundidad, la asocian sobre todo a un uso determinado, como los juegos online o el sexo virtual.
El teléfono móvil también puede crear adicción y dependencia, así lo demuestra el estudio de Naval, Sádaba y Bringué (2003), en el cual se desprende que los jóvenes son conscientes que realizan un uso desmedido del móvil y reconocen su adicción y dependencia al móvil por este medio. El Instituto Superior de Estudios Psicológicos (ISEP) define el perfil del joven adicto al móvil con tres rasgos básicos:
Son Adolescentes entre los 12 y 18 años.
Predominantemente varones y de clase media.
Tienen poca comunicación con la familia.
A su vez, indican que esta adicción provoca absentismo escolar y ciertas conductas como no respetar los horarios, chatear a todas horas y dejar de relacionarse con sus iguales. Definen esta adicción de la siguiente manera: «El uso del móvil se convierte en adicción cuando pasa a ser una conducta repetitiva que resulta placentera y genera una pérdida de control en el sujeto».
La adicción puede ocurrir con el uso de cualquier otra tecnología, por eso las TIC han pasado a formar parte de las llamadas «adicciones sin drogas». Hay que destacar, que la mayoría de las investigaciones realizadas sobre las adicciones en la adolescencia, respecto al uso de las tecnologías, se refieren principalmente a la televisión.
Un aspecto relacionado con la adicción es el aislamiento. Con frecuencia, los medios de comunicación informan sobre este efecto, producido el uso de las TIC, principalmente en los y las adolescentes. Nos entregan la imagen del joven solo, encerrado en su habitación y rehuyendo de cualquier compromiso social para sentarse y conectarse por muchas horas en su ordenador. El aislamiento es un riesgo que obedece al grado de dependencia que tenga cada adolescente.
Sin embargo, el estudio de Gil y otros (2003) entrega una visión muy distinta. Según estos autores, los jóvenes no utilizan las tecnologías para aislarse sino que las usan como una herramienta fundamental para relacionarse.
En espacios de ocio como los cibercafés, no se aprecia a las y los adolescentes aislados por la tecnología. Por el contrario, se relacionan con sus amigos y amigas, se enseñan trucos para pasar a la fase siguiente del videojuego, chatean y comentan las jugadas.
La investigación de Amorós, Buxarrais y Casas (2002) avala el estudio anterior, ya que señala que las y los adolescentes utilizan las TIC desde sus hogares y lo hacen preferentemente para comunicarse con sus amigas y amigos. Lógicamente este uso es individual y con un fin específico, pero esto esta muy lejos, de la imagen de aislamiento que se tiene de las y los adolescentes frente a las tecnologías.
Los medios de comunicación publican noticias en las que se enfatiza sobre esta conducta como posible riesgo para la adolescencia. Sin duda, estos hechos existen y son dolorosos, pero de ninguna manera se puede hacer de ellos una patología generalizada; aunque es importante conocer las circunstancias en las que ocurren estos hechos para avanzar en el estudio de sus causas y poder aplicar las medidas de prevención pertinentes.
Las y los adolescentes son mirados por las empresas como potenciales clientes. Pese a que su disponibilidad de dinero es limitada, pueden influir en las decisiones de compra del hogar. Los progenitores consideran la opinión de los jóvenes a la hora de realizar compras. Las empresas, y con ellas la publicidad, son conscientes de esta influencia que ejercen sobre el consumo del hogar y utilizan estrategias de persuasión, para realizar una fuerte presión en el condicionamiento de las compras.
En el caso de las TIC, la presencia de publicidad dirigida a las y los adolescentes se realiza de forma más implícita que los medios convencionales, aunque su existencia y efectividad no se pueden negar. Es fácil acceder a este segmento de la población a través del teléfono móvil, páginas Web, o correos electrónicos. Esta situación ha revelado la existencia de dos problemas: la posibilidad de las empresas de violar, a través de la comunicación comercial, el derecho a la privacidad; y la aparición de prácticas publicitarias engañosas.
La población adolescente y su entorno pueden verse afectados a causa de la posibilidad que ofrecen las TIC de obtener gran cantidad de información sobre sus usuarios, sin que sean conscientes de ello (Naval, Sábada y Bringué, 2003). Las estrategias son varias: formularios de apariencia inofensiva o promociones a través SMS al móvil, se encuentran entre las más frecuentes. Las empresas son capaces de traspasar con mucha facilidad la barrera entre lo público y lo privado, valiéndose de la ingenuidad de usuarios.
Respecto al segundo problema, la publicidad no está expresamente diferenciada de otras informaciones en los contenidos que nos entregan las TIC. En este aspecto es lógico que, si se estudia por ejemplo la composición de las páginas Web de marcas y productos favoritos de las y los adolescentes, y la publicidad que les llega a través del teléfono móvil, es difícil diferenciar con claridad entre la información y la persuasión (Naval, Sádaba y Bringué, 2003).
A través del uso de las TIC las relaciones sociales se amplían, pero también obtienen nuevas características, que no se dan en el plano real de la comunicación interpersonal (cara a cara). En este aspecto, la influencia del anonimato entre los participantes ha sido uno de los elementos más estudiados en relación con la identidad personal que las y los adolescentes construyen en los entornos virtuales.
En efecto, las y los adolescentes son personas que se encuentran en un proceso de descubrimiento de la identidad y experimentación con la misma, les interesa averiguar quiénes son realmente o quién les gustaría ser (Castells 2001: 139). Con ello, se abre un campo interesante para la investigación: establecer parámetros para comprender la construcción de la identidad y la experiencia que conlleva.
Ya hemos apreciado cómo en los entornos virtuales las y los adolescentes pueden mantener relaciones con sus pares de otras regiones, países y continentes, hablar diariamente con ellos y sostener una amistad con personas que quizás jamás conocerán personalmente.
Profesor Darwin Gutiérrez
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